martes, 10 de abril de 2012

El pajaro y el chanate, una canción sin música


Había temblado, la presa se había roto y la inundación se volvió inminente, todos lloraron un poco, algunas casas se fueron con el río y el pueblo quedó incomunicado; lo rodeaban ríos de corriente inverosímil, tan fuertes como para llevarse rocas y con olas del tamaño de un hombre. La lluvia caía y acrecentaba los ríos, era Septiembre. La mayoría se había refugiado en la iglesia, que era de un tamaño descomunal, muy hermosa y barroca, algunos extranjeros se habían refugiado con la gente local; el pueblo había sido nombrado “pueblo mágico” y el gobierno fomento su visita, había atraído por su iglesia y sus casas de teja. Los lugareños estuvieron a favor de que se visitara el pueblo, todo se empezó con visitas esporádicas, pero periódicamente llegaban más y más gentes de diferentes lugares, se pusieron posadas y hoteles, la gente de los pueblos cercanos venían a vender papas y helados, después cervezas y bebidas, se crearon restaurantes y tours guiados por la región, pero todo se veía olvidado, el centro que en otro tiempo relucía ahora estaba partido en dos, la iglesia un poco alejada aun se veía imponente. El cura intentaba ver cuales eran los heridos, llamaba para ver que todas las comunicaciones estaban muertas, juntó a toda la gente y les pidió reunir todos los vivieres y alojarse en la iglesia. La gente del pueblo se había vuelto triste, hacían lo que decía el cura, todos se alojaron en la iglesia, llegaron los pobres, los ricos, los extranjeros y los de los partidos políticos, quienes acababan de llegar al pueblo, iban en crecimiento, aunque el “Partido Revolucionario Institucional” ya estaba desde hace mucho instalado. Al principio el cura era la voz del pueblo, pero la situación se agraviaba cada vez mas, eran tiempos electorales, difíciles y las voluntades estaban atadas; los del “Partido Revolucionario Institucional” decidieron hacerse cargo de la situación, pero la oposición tanto el “Partido Acción Nacional” y el “Partido de la Revolución Democrática” tenían diferentes soluciones; El “Partido Acción Nacional” decidió que el cura lo estaba haciendo muy bien y junto a su líder local lograrían sacar los pueblerinos del problema, por otra parte el “Partido de la Revolución Democrática” analizaba la solución y un poco ingenuo pensaba que no había que dirigir nada, ni luchar, solo se necesitaba conservar la calma para que trabajando juntos se saliera adelante, por lógica nadie los escuchó. La iglesia, que es rectangular, tiene cuatro esquinas, si uno entrara vería de frente a los del “Partido Acción Nacional” abajo del cristo y conversando con el cura,  en la esquina derecha a los de “Partido Revolucionario Institucional” conversando con los extranjeros y con mucha gente que los escuchándolos hablar, en la esquina opuesta, la del lado izquierdo, el “Partido de la Revolución Democrática” quienes compartían algunos seguidores con los otros dos; era gracioso por que unos iban y venían, indecisos. La posibilidad de otra opción, de otro líder,  era imposible, incluso un poco más problemática, hubo alguno que lo intentó pero fue derrocado sin apuro, quedando como el loco del pueblo. Nadie quería resolver nada sin antes tener la aprobación de todos, seguía lloviendo y los días pasaban, las guarniciones escaseaban, algunos no habían salido de la iglesia, simplemente oían el goteo incesante de la lluvia y se hacían una idea de que el problema continuaba. La gente continuaba su vida, platicaba y amistaba, eso era como mejor funcionaba la situación, pero de vez en cuando uno se levantaba y exigía derechos o criticaba los demás, los demás lo tachaban de loco, pero la lucha continuaba porque todos se defendían; el “Partido Revolucionario Institucional” era el que tenía al presidente municipal, le echaban en cara que la presa se hubiera roto, pero ellos se defendían; decían que no involucraba a él, el único que tenía la culpa era el gobernador que era del “Partido Acción Nacional”, en ese momento era cuando el “Partido de la Revolución Democrática” salía de su sepulcro y asustaba a todos, ellos tenían el beneficio de la duda, ellos todavía no tenían cuero del cual jalarle, bueno, no mucho. La iglesia empezaba a gotear y un helicóptero se oía a lo lejos.  Todos corrieron fuera de la iglesia, pero al abrir las puertas el agua estaba enfrente de ellos y del pueblo solo quedaba la iglesia, el agua subía y subía, los cimientos de la iglesia estaban débiles y crujían, todos corrían de un lado a otro, todos se prepararon para lo peor y tomaron las bancas de la iglesia, no se sabía quien, pero alguien, bajó el cristo y esperó el río. Goteaba y goteaba, el techo caía a pedazos, todos corrían y lloraban, la campana le cayo al cura, seguía vivo pero nadie pudo levantarla, los niños se subían a la madera, los padres los veían fijamente a los ojos, una ola movía la iglesia entera y todos se fueron cayendo, toda la iglesia hablaba y se deshacía, los niños avanzaron en la maderas y cayeron a un precipicio. Los adultos se miraron unos segundos antes de ser arrastrados, caían con fuerza, no se encontraron los cuerpos, solo el del cura que quedo debajo de la campana.

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