"Como un árbol
fosilizado
del que no se esperan flores
triste ha sido mi vida
destinada a no producir ningún fruto."
-Minamoto no Yorimasa
del que no se esperan flores
triste ha sido mi vida
destinada a no producir ningún fruto."
-Minamoto no Yorimasa
La misión de reconocimiento sería más fácil si
solo hubiésemos avanzado hasta el final del rio y de regreso, ir hasta su desembocadura
en la laguna no es aceptable, todos sabemos que se ocultan ahí. Nuestro señor
ha muerto y lo releva su hermano, no hay ningún propósito para esto más que el
de deshacerse de mí, Toyotomi Nobugana y cinco de mis hombres de confianza:
Kenshin Hideyoshi, Ozu Katzutada, KiraYoshimoto, Kakashi Kuniyoshi y Kusunoki
Nobugana, mi hermano, los mejores oficiales leales a nuestro señor y guerreros
dedicados a la protección de su familia, y por esa razón hemos aceptado la
suicida misión que hoy se nos ha otorgado, hemos salido en la noche del castillo
y acercado al rio Sussano como se nos pidió, lo recorrimos toda la noche
aprovechando el cielo despejado y la luz de la luna, no se nos permitió llevar
caballos, así que hemos dejado las armaduras para una mejor movilidad en caso
de tener que informar o huir con éxito. Llevamos con nosotros solamente
espadas, únicamente Kakashi, quien tiene gran dominio en el arco le he
permitido cargar con las saetas y el arco, por lo que en la formación era
parecida a un Ganko; ubicando a Kakashi cerca de la parte central. Uno avanzaba
y otro le seguía ubicándose en el puesto anterior del compañero, al principio
estos movimientos era casi como un trote continuo, ya que sabíamos que el
enemigo se encontraba o en la desembocadura de la laguna o a la mitad del rio. Al
llegar a la mitad del rio, nos dividimos en dos grupos; el primero liderado por
kira, después Ozu y Kakashi, quienes se quedaron del lado del río por el que veníamos
con la intención de protegernos en un posible combate, el segundo grupo liderado
por mí y acompañado por Kenshin y Kusunoki, los más aptos para el combate
frente a frente, cruzamos el rio, avanzamos lo suficiente pero no hubo enemigo
a la vista, le pedí a mi hermano que regresara a informar al castillo que hasta
la mitad del rio no había enemigos a la vista, mi hermano llegaría antes del
amanecer. Seguimos avanzando, tomamos nuestra formación inicial, al amanecer
ubicamos la laguna, no se veía humo de fogata y el suelo no tenía marcas,
sospechamos la evitación de la laguna por parte del enemigo y de un ataque por
el lado por el bosque Naginata, en caso de que eso pasará el combate no le
sería muy eficaz al enemigo, mis dudas crecieron, y perdíamos tiempo, mande a
otro de mis compañeros al castillo, a Ozu, quien llegaría al medio día.
Nosotros inspeccionamos parte de la laguna para no tener dudas sobre lo
sucedido; no encontramos marcas de caballo, ni de fogatas, ni tiendas, pero la
laguna aún era bastante grande, tuvimos que dividirnos en dos para abarcar más
espacio; Kenshin y Kakashi por el lado sur, Kira y yo por el norte; optamos por
indicarnos con el Tessen, el avanico, nuestro avance y la posible obtención de algún
dato importante. Continuamos caminando una colina se apreciaba y la escalamos,
encontramos al enemigo, mandé a Kira a avisar a Kenshin y a Kakashi, me quedé inspeccionando
y contando, los habíamos encontrado, pero noté algo curioso, ni la infantería,
ni los arqueros se encontraban, en general era caballería, cuando llegaron mis
compañeros informe de estos datos a Kira para que fuera al castillo, solo quedábamos
tres, la misión de reconocimiento era un éxito, vimos que el enemigo no
preparaba sus fuerzas, esperaban algo, algo que llevaría tiempo efectuar, su guardia
era muy pobre, bastante despreocupada. Nos acercamos al establo, quería oír
algo, pero significaría delatarme, tomé la decisión de rodearlos, pero seguimos
sin encontrar nada, recordé lo del bosque Niginata, tal vez planean atacar por
dos flancos, pero seguía siendo un mal plan; el castillo es una muy buena
fortaleza, y nos hombres sabrían derrotar a su milicia. La tarde empezaba a
caer, el clima era bastante agradable, decidí apartarnos de ahí y regresar.
Kakashi pensó en que si el ejército iba por el bosque irían lentos para no
levantar sospechas, incuso alejados, si los encontráramos no tendríamos dudas.
Nuestra misión continuaba, fuimos hacia el bosque, en el camino encontramos a
mi hermano, quien regresó a apoyar. No se veía nada, el bosque era muy espeso,
fuimos avanzando más lento, sentíamos algo, un cerro nos empujaba hacia el
bosque, si nos atacaran sería muy difícil escapar, preferimos subir el cerro,
nos sorpresa fue grande ahí estaba el resto del ejército, mandé nuevamente a mi
hermano, los demás avanzamos. Sus líneas eran lentas, la infantería en vanguardia
y los arqueros por retaguardia. La situación me causaba un poco de alivio; el
combate será sencillo. Oímos un movimiento, la caballería avanzaba se dirigía
directo hacia mi hermano, avanzamos a ayudarlo, Kakashi lanzó una flecha para
que el pudiera verla; nada pasaba, el seguía a un lado del río, los caballos
sonaban fuertemente, mi hermano los vio, y cambió de dirección, nosotros estábamos
muy alejados del castillo. El trote de la infantería aceleraba, sería un trote
de una hora antes de llegar al castillo, la caballería llegaría primero, yo no
lo entendía. De pronto una explosión se oía, era en el castillo, nosotros
llegaríamos a la mitad de tiempo que ellos, pero las explosiones continuaban,
una cantidad enorme se oyó, lo más seguro es que se había perforado alguna de
las paredes del castillo, en ese caso sería el fin. Corrimos lo más rápido
posible atrás de la caballería, los cuales llegaron por el rio al castillo y
empezaron el combate. Yo solo pensaba en que había un traidor. Todo estaba
confuso, al llegar al castillo la caballería había tomado el lado sur y la
mayor parte de patio, por el lado norte la infantería entraba, entraba sin
detenerse intentando penetrar el castillo a su vanguardia las saetas los protegían,
la caballería hacía un muro que los dejaba avanzar directamente al castillo.
Nosotros continuamos corriendo y decidí atacar a los arqueros, quienes eran el
elemento más débil, nuestro impacto no sería tan fuerte, pero la batalla ya
estaba iniciada, a lo lejos dos generales bajaban de su caballo para
inspeccionar a los arquero y avanzar hasta la infantería, la cual aún no
entraba en el castillo. Tomamos los caballos, atacamos por sorpresa a los
arqueros, y decidimos seguir avanzando hasta la caballería, los arqueros
seguían atacando y pudimos asestar a varios con el caballo y las espadas, una
flecha me dio en el hombro izquierdo, también mis compañeros estaba heridos, hicimos
retroceder a los arqueros, y nos dirigimos a la infantería los golpes eran contundentes
al principio, no nos esperaban, después la orden de entrar al castillo, quería
estar con mis hombres defendiéndolo, pero estaba en la retaguardia del enemigo haciéndome
espacio para entrar, nos tirando del caballo entraron al castillo, era un éxtasis
extraño, los cuerpo que caían daban lugar a otros que más vivos luchaban,
logramos huir el ala derecha de su ataque, nos refugiamos en una par de
escombros, a nuestro lado había compañeros esperando, un poco temerosos, los
generales habían muerto y era unos jóvenes, me presenté y me apoyaron en un hacer un movimiento para
proteger la entrada del castillo y darle tiempo a los de adentro de derrotarlos,
creando unas pinzas, las banderas salieron de nuestro lado, avisando a nuestros
arqueros cubrirlos para avanzar, salimos corriendo yo todavía no tenía armadura
y una flecha se me incrusto cerca de mi pecho, continué corriendo y atacamos al
enemigos, atacando directo a su rosto, para no perder tiempo, la entrada la
tomamos y la defendimos, el plan continuaba perfecto, a mi hermano lo vi caer
por una lanza, no había nada que hacer, los arqueros enemigos se hicieron
espacio y nos atacaron, tome acción de dejar avanzar a los soldados y que
algunos pasaran al castillo, a nosotros nos seguían diezmando, esto estaba
acabado, pero debíamos continuar, todos estábamos muy lastimados, mi mano
derecha era la única que tenía la fuerza suficiente, una espada metió su filo
en mí y me hizo caer sobre las escaleras, era un cuerpo más de los caídos; mi
cabeza se estrelló y una hemorragia era lo que había en su lugar. Todo era rojo
y la batalla continuaba, flechas por un lado y espadas por el otro, la imagen
de un caballo ahogándose con su sangre por el atravesamiento de una lanza, un
joven temeroso que abanicaba su espada, el enemigo victorioso cantaba y gritaba
para alentarse, nosotros caíamos, uno tras otro, y ellos avanzaban gritando y
fuertes, los envidié, tomaron el castillo en un día, todos terminamos muertos,
capturaron al hermano del nuestro señor, y le obligaron a tener un “seppuku”,
pero eso no lo vi, no hay más, hasta aquí llegué, a la escalera del castillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario