jueves, 29 de marzo de 2012

Tessen


"Como un árbol fosilizado
del que no se esperan flores
triste ha sido mi vida
destinada a no producir ningún fruto."

-Minamoto no Yorimasa

La misión de reconocimiento sería más fácil si solo hubiésemos avanzado hasta el final del rio y de regreso, ir hasta su desembocadura en la laguna no es aceptable, todos sabemos que se ocultan ahí. Nuestro señor ha muerto y lo releva su hermano, no hay ningún propósito para esto más que el de deshacerse de mí, Toyotomi Nobugana y cinco de mis hombres de confianza: Kenshin Hideyoshi, Ozu Katzutada, KiraYoshimoto, Kakashi Kuniyoshi y Kusunoki Nobugana, mi hermano, los mejores oficiales leales a nuestro señor y guerreros dedicados a la protección de su familia, y por esa razón hemos aceptado la suicida misión que hoy se nos ha otorgado, hemos salido en la noche del castillo y acercado al rio Sussano como se nos pidió, lo recorrimos toda la noche aprovechando el cielo despejado y la luz de la luna, no se nos permitió llevar caballos, así que hemos dejado las armaduras para una mejor movilidad en caso de tener que informar o huir con éxito. Llevamos con nosotros solamente espadas, únicamente Kakashi, quien tiene gran dominio en el arco le he permitido cargar con las saetas y el arco, por lo que en la formación era parecida a un Ganko; ubicando a Kakashi cerca de la parte central. Uno avanzaba y otro le seguía ubicándose en el puesto anterior del compañero, al principio estos movimientos era casi como un trote continuo, ya que sabíamos que el enemigo se encontraba o en la desembocadura de la laguna o a la mitad del rio. Al llegar a la mitad del rio, nos dividimos en dos grupos; el primero liderado por kira, después Ozu y Kakashi, quienes se quedaron del lado del río por el que veníamos con la intención de protegernos en un posible combate, el segundo grupo liderado por mí y acompañado por Kenshin y Kusunoki, los más aptos para el combate frente a frente, cruzamos el rio, avanzamos lo suficiente pero no hubo enemigo a la vista, le pedí a mi hermano que regresara a informar al castillo que hasta la mitad del rio no había enemigos a la vista, mi hermano llegaría antes del amanecer. Seguimos avanzando, tomamos nuestra formación inicial, al amanecer ubicamos la laguna, no se veía humo de fogata y el suelo no tenía marcas, sospechamos la evitación de la laguna por parte del enemigo y de un ataque por el lado por el bosque Naginata, en caso de que eso pasará el combate no le sería muy eficaz al enemigo, mis dudas crecieron, y perdíamos tiempo, mande a otro de mis compañeros al castillo, a Ozu, quien llegaría al medio día. Nosotros inspeccionamos parte de la laguna para no tener dudas sobre lo sucedido; no encontramos marcas de caballo, ni de fogatas, ni tiendas, pero la laguna aún era bastante grande, tuvimos que dividirnos en dos para abarcar más espacio; Kenshin y Kakashi por el lado sur, Kira y yo por el norte; optamos por indicarnos con el Tessen, el avanico, nuestro avance y la posible obtención de algún dato importante. Continuamos caminando una colina se apreciaba y la escalamos, encontramos al enemigo, mandé a Kira a avisar a Kenshin y a Kakashi, me quedé inspeccionando y contando, los habíamos encontrado, pero noté algo curioso, ni la infantería, ni los arqueros se encontraban, en general era caballería, cuando llegaron mis compañeros informe de estos datos a Kira para que fuera al castillo, solo quedábamos tres, la misión de reconocimiento era un éxito, vimos que el enemigo no preparaba sus fuerzas, esperaban algo, algo que llevaría tiempo efectuar, su guardia era muy pobre, bastante despreocupada. Nos acercamos al establo, quería oír algo, pero significaría delatarme, tomé la decisión de rodearlos, pero seguimos sin encontrar nada, recordé lo del bosque Niginata, tal vez planean atacar por dos flancos, pero seguía siendo un mal plan; el castillo es una muy buena fortaleza, y nos hombres sabrían derrotar a su milicia. La tarde empezaba a caer, el clima era bastante agradable, decidí apartarnos de ahí y regresar. Kakashi pensó en que si el ejército iba por el bosque irían lentos para no levantar sospechas, incuso alejados, si los encontráramos no tendríamos dudas. Nuestra misión continuaba, fuimos hacia el bosque, en el camino encontramos a mi hermano, quien regresó a apoyar. No se veía nada, el bosque era muy espeso, fuimos avanzando más lento, sentíamos algo, un cerro nos empujaba hacia el bosque, si nos atacaran sería muy difícil escapar, preferimos subir el cerro, nos sorpresa fue grande ahí estaba el resto del ejército, mandé nuevamente a mi hermano, los demás avanzamos. Sus líneas eran lentas, la infantería en vanguardia y los arqueros por retaguardia. La situación me causaba un poco de alivio; el combate será sencillo. Oímos un movimiento, la caballería avanzaba se dirigía directo hacia mi hermano, avanzamos a ayudarlo, Kakashi lanzó una flecha para que el pudiera verla; nada pasaba, el seguía a un lado del río, los caballos sonaban fuertemente, mi hermano los vio, y cambió de dirección, nosotros estábamos muy alejados del castillo. El trote de la infantería aceleraba, sería un trote de una hora antes de llegar al castillo, la caballería llegaría primero, yo no lo entendía. De pronto una explosión se oía, era en el castillo, nosotros llegaríamos a la mitad de tiempo que ellos, pero las explosiones continuaban, una cantidad enorme se oyó, lo más seguro es que se había perforado alguna de las paredes del castillo, en ese caso sería el fin. Corrimos lo más rápido posible atrás de la caballería, los cuales llegaron por el rio al castillo y empezaron el combate. Yo solo pensaba en que había un traidor. Todo estaba confuso, al llegar al castillo la caballería había tomado el lado sur y la mayor parte de patio, por el lado norte la infantería entraba, entraba sin detenerse intentando penetrar el castillo a su vanguardia las saetas los protegían, la caballería hacía un muro que los dejaba avanzar directamente al castillo. Nosotros continuamos corriendo y decidí atacar a los arqueros, quienes eran el elemento más débil, nuestro impacto no sería tan fuerte, pero la batalla ya estaba iniciada, a lo lejos dos generales bajaban de su caballo para inspeccionar a los arquero y avanzar hasta la infantería, la cual aún no entraba en el castillo. Tomamos los caballos, atacamos por sorpresa a los arqueros, y decidimos seguir avanzando hasta la caballería, los arqueros seguían atacando y pudimos asestar a varios con el caballo y las espadas, una flecha me dio en el hombro izquierdo, también mis compañeros estaba heridos, hicimos retroceder a los arqueros, y nos dirigimos a la infantería los golpes eran contundentes al principio, no nos esperaban, después la orden de entrar al castillo, quería estar con mis hombres defendiéndolo, pero estaba en la retaguardia del enemigo haciéndome espacio para entrar, nos tirando del caballo entraron al castillo, era un éxtasis extraño, los cuerpo que caían daban lugar a otros que más vivos luchaban, logramos huir el ala derecha de su ataque, nos refugiamos en una par de escombros, a nuestro lado había compañeros esperando, un poco temerosos, los generales habían muerto y era unos jóvenes, me presenté  y me apoyaron en un hacer un movimiento para proteger la entrada del castillo y darle tiempo a los de adentro de derrotarlos, creando unas pinzas, las banderas salieron de nuestro lado, avisando a nuestros arqueros cubrirlos para avanzar, salimos corriendo yo todavía no tenía armadura y una flecha se me incrusto cerca de mi pecho, continué corriendo y atacamos al enemigos, atacando directo a su rosto, para no perder tiempo, la entrada la tomamos y la defendimos, el plan continuaba perfecto, a mi hermano lo vi caer por una lanza, no había nada que hacer, los arqueros enemigos se hicieron espacio y nos atacaron, tome acción de dejar avanzar a los soldados y que algunos pasaran al castillo, a nosotros nos seguían diezmando, esto estaba acabado, pero debíamos continuar, todos estábamos muy lastimados, mi mano derecha era la única que tenía la fuerza suficiente, una espada metió su filo en mí y me hizo caer sobre las escaleras, era un cuerpo más de los caídos; mi cabeza se estrelló y una hemorragia era lo que había en su lugar. Todo era rojo y la batalla continuaba, flechas por un lado y espadas por el otro, la imagen de un caballo ahogándose con su sangre por el atravesamiento de una lanza, un joven temeroso que abanicaba su espada, el enemigo victorioso cantaba y gritaba para alentarse, nosotros caíamos, uno tras otro, y ellos avanzaban gritando y fuertes, los envidié, tomaron el castillo en un día, todos terminamos muertos, capturaron al hermano del nuestro señor, y le obligaron a tener un “seppuku”, pero eso no lo vi, no hay más, hasta aquí llegué, a la escalera del castillo

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